Mensajes Vol. IX
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Lo que llamamos el morador interno del cuerpo no es más que aquello que denominamos el espacio afuera. El espacio creó a todos los seres, puesto que el espacio quiso hablar en forma de muchos seres y que estos se comunicaran entre sí. Por lo tanto, los templos de muchas naciones antiguas tienen solo una entrada que también es salida, careciendo de una segunda entrada. Esto nos indica el paso del aire por los pulmones y su salida en forma de exhalación. La inhalación del aire y la exhalación del aire, que toman el mismo pasaje a través de las fosas nasales o de la boca, representan al Dios externo entrando dentro del “YO SOY” interno, haciendo que el “YO SOY” interno viva o trabaje como el “YO SOY” interno, y que luego salga en forma de aire externo. De esta manera, nosotros rezamos y hablamos de Él, al tiempo que hablamos con Él. Eso quiere decir que, con el aire que inhalamos, nos expresamos verbalmente al exhalar. Lo que llamamos nuestra expresión verbal contiene únicamente el aire que hemos tomado prestado de afuera. Así pues, esta es una “túnica prestada”.
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Descripción
Lo que llamamos el morador interno del cuerpo no es más que aquello que denominamos el espacio afuera. El espacio creó a todos los seres, puesto que el espacio quiso hablar en forma de muchos seres y que estos se comunicaran entre sí. Por lo tanto, los templos de muchas naciones antiguas tienen solo una entrada que también es salida, careciendo de una segunda entrada. Esto nos indica el paso del aire por los pulmones y su salida en forma de exhalación. La inhalación del aire y la exhalación del aire, que toman el mismo pasaje a través de las fosas nasales o de la boca, representan al Dios externo entrando dentro del “YO SOY” interno, haciendo que el “YO SOY” interno viva o trabaje como el “YO SOY” interno, y que luego salga en forma de aire externo. De esta manera, nosotros rezamos y hablamos de Él, al tiempo que hablamos con Él. Eso quiere decir que, con el aire que inhalamos, nos expresamos verbalmente al exhalar. Lo que llamamos nuestra expresión verbal contiene únicamente el aire que hemos tomado prestado de afuera. Así pues, esta es una “túnica prestada”.
Muestra
1. El Simbolismo de las Escrituras Sagradas
Queridos hermanos y hermanas de Bélgica: me siento muy feliz, una vez más, de veros a todos después de un largo intervalo de un año. Mi cercanía de corazón hacia vosotros aumenta de año en año. La primera vez que llegué a Bélgica, me sentí como si estuviera en casa. No es de extrañar que me sienta cada vez más próximo a vosotros cuando os veo de nuevo. Esta vez se me ha pedido que hable de algunos aspectos importantes del “simbolismo de las Escrituras Sagradas”.
Es este un tema realmente importante cuando observamos las tendencias de la sociedad actual. Hemos observado un aumento de cierta inquietud en las mentes de las personas, lo cual es bastante natural si consideramos los diferentes estadios de evolución del ser humano. Similar tipo de inquietud tuvo lugar en el pasado en cada grupo de seres humanos cada vez que un nuevo grupo de seres humanos era enviado desde el reino animal al reino humano.
La evolución del ser humano implica un poco de responsabilidad, algo que no encontramos en los otros reinos, así como también se encuentra en el ser humano el instinto de saber. Estas son las dos cosas que hacen a los seres humanos diferentes de los otros seres vivos de esta Tierra. Pero aparte de estos dos aspectos, el resto es común. El apetito y la sed son comunes; el dormir es común; el instinto de reproducción es común; el dolor y el placer son comunes. Todas las demás cosas son comunes entre los seres humanos y los seres de otros reinos.
El instinto de saber cosas y de comprenderlas es lo que los diferencia. La responsabilidad que la naturaleza da al reino humano depende de la madurez del estadio de evolución en el reino humano. Al ser humano se lo clasifica como el más evolucionado de todos los otros reinos de esta Tierra y, por lo tanto, se le otorga el poder de decisión. Los seres humanos utilizan el poder de decisión mediante el método de prueba y error. En ocasiones deciden a su favor y en otras se deciden por condiciones no favorables. Esto se debe a la falta de experiencia a lo largo de la evolución. Solo después de tener algunas experiencias, nosotros, los seres humanos, comprendemos que somos capaces de crear nuestra propia felicidad e infelicidad. Las guerras han demostrado, una y otra vez, que el ser humano crea contra sí mismo.
Información Adicional
Peso | 652 g |
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Dimensiones | 14 × 2 × 21 cm |